miércoles, 4 de febrero de 2015

Santos vivientes


Por Víctor Adrián Rodríguez

El pasado domingo tuve una experiencia cuasi-religiosa debido a que en lugar de ir a un templo, acudí al Antiguo Colegio de San Ildefonso, en el centro de la ciudad de México, para ver la reinterpretación de varios santos en la obra del artista londinense, Michel Landy.




Aunque más que una reinterpretación, la exposición Santos vivientes es una propuesta novedosa que tiene tras de sí toda una serie de referencias del arte sacro del Renacimiento, lleno de simbolismos religiosos plasmados en esculturas cinéticas, dibujos y collages realizados por el británico.




Asimismo, al encontrarse con cada una de las esculturas de los santos producidas con poleas, brazos mecánicos, ruedas de triciclos y otros materiales que conforman los mecanismos de movimiento y los artefactos que los accionan, Landy logra transmitir el martirio y las torturas a los que se sometían o eran sometidos  cada unos de los santos.




En este sentido, el artista, desde mi punto de vista, logra que la exposición se convierta en una especie de hagiografía interactiva, es decir, que al ver por ejemplo, como Santa Apolonia al accionar la escultura se extrae una pieza dental con unas pinzas, el visitante recurre, en la mayoría de los casos, a informarse sobre la vida de este santo, he ahí que ocurre la hagiografía interactiva  que mencionaba.




Pero esta obra va más allá, ya que recupera la tradición de los hacedores de autómatas muy al estilo del francés Jacques de Vaucanson o de Gustave Vichy o de aquellos que creaban autómatas para relojes.




Landy dice que su inspiración para crear estas esculturas fue la obra meta-mecánica del dadaísta Jean Tinguely. Sin duda, Landy es un artista con un gran bagaje técnico y artístico.

Visiten la exposición Santos vivientes  que se exhibirá hasta el 8 de marzo del presente año. Más información en: www.sanildefonso.org.mx

Michel Landy nació en 1963 y asistió a Goldsmiths College de 1985 a 1988. Su primer salto a la fama fue en 2001 con su épico performance, Break Down, que tuvo lugar en un gran almacén antiguo de la calle de Oxford en la ciudad de Londres. En éste, todas las posesiones de Landy, desde su autmóvil hasta su acta de nacimiento, fueron catalogados sistemáticamente y luego destruidas.
En 2010, Landy fue invitado por la National Gallery de Londres y se convirtió en el octavo artista asociado del programa de residentes "Rootstein Hopkins". Durante su estancia, Landy se inspiró en las historias de los santos, ampliamente representados en su colección de pinturas para crear la exposición que actualmente se presenta en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.